jueves, 23 de julio de 2009

EL PUMITA.







EL PUMITA.


Alguien tendría que explicarle a Felipe Calderón que él no es, no lo será nunca, un hombre físicamente dotado para el modelaje. Le sobran kilos, le falta estatura. No lo cuestiono por su pobre apariencia (yo estoy peor dotado que él), simplemente me molesta tener que aceptar, en el extranjero, que ese señor de la foto de La Jornada es, al margen de su legitimidad, el titular del poder ejecutivo en México.

Qué fotografía. Apenas la ha visto y se ha burlado de todos los mexicanos, a carcajadas, la persona con la que he quedado de verme, temprano este jueves, en la cafetería de un hotel madrileño.

En la capital española tengo relaciones profesionales y aun personales con algunos periodistas y ejecutivos de medios. Mañana me voy de esta ciudad rumbo al Distrito Federal, y me interesa mostrarle algo a un amigo antes de mi partida. Este jueves él estará ocupado todo el día, así que me pide que nos veamos temprano para tomar un café.

Soy el primero en llegar a la cafetería. Para esperarlo, abro mi computadora, la enciendo y me conecto a internet.

Reviso rápidamente el SDP y veo que Víctor Hernández, a la una de la madrugada en México, ha publicado su columna de este jueves. Estoy de acuerdo en lo que dice: Felipe Calderón es el López Portillo panista (ya se verá si el nuevo Jolopo encuentra también, en el futuro, a su Sasha Montenegro).

Después visito la web de El Periódico, donde publico una columna al lado de "lo mejor de El Chamuco". Me interesa que el amigo con el que voy a desayunar conozca a este recién nacido diario mexicano, con el que su empresa de medios podría establecer algún acuerdo de colaboración. Así, durante varios minutos, esperando a la persona con la que he quedado, dejo abierta la página de internet del rotativo dirigido por Ramón Sallard. Pienso que vale la pena mostrársela, de inmediato, al funcionario de medios que ya viene retrasado.

Se va a retrasar más, según me informa por el celular, debido a no sé qué problema doméstico. Eso me obliga a seguir navegando en la red. Voy entonces al sitio de La Jornada, que siempre cumple con mis expectativas. Después de leer alarmado su nota principal (el Inegi admite que hay 2.4 millones de mexicanos desempleados), me topo, y me alarmo todavía más, con una foto de Calderón vestido con la camiseta de los Pumas posando al lado del rector de la UNAM y de jugadores y directivos de este equipo de futbol.

Me espanta la facilidad con la que Calderón se presta para hacer el ridículo. Se ve tan chistoso el señor Felipe. Tan chiquito comparado con los atletas. Todo un pumita. Él de blanco (es el color oficial de la escuadra universitaria) y sus acompañantes elegantemente de negro, trajeados, luciendo sus mejores corbatas.

En eso estoy cuando llega mi amigo, el directivo madrileño de medios. Antes de saludarme se asoma para ver lo que hay en la pantalla de mi computadora. Suelta la carcajada y cuando termina de reírse, me dice: "Mexicano, tu presidente se ve fatal. Ni Berlusconi se atrevería a tanto".

Intento explicarle que Calderón no es mi presidente, que no lo acepto como tal porque se robó las elecciones, que participo en el gobierno legítimo de Andrés Manuel López Obrador -"AMLO sí es un político serio", le digo con ganas de que entienda que no todos los líderes mexicanos son tan frívolos como Calderón-, pero mis argumentos no conmueven ni impresionan a la persona que me acompaña: "Pues no será tu presidente, pero aquí en España es el que a diario vemos como el presidente de México es a Calderón, y si hace semejantes ridículos, los hace también en tu nombre, lo quieras o no".

Qué vergüenza. Como es un hecho que Felipe Calderón lleva ya tres años en Los Pinos y que, por más costoso que le resulte a México, en esa residencia oficial vivirá otro trienio, ya no voy a darle vueltas al argumento de la ilegitimidad de tal personaje. Porque, por ilegítimo que sea, sus vulgaridades nos perjudican a todos los mexicanos.
Dadas las circunstancias, lo único que procede es pensar en fórmulas para lograr que, a partir de 2012, llegue a la Presidencia de México un político verdaderamente juicioso. Que es lo que más necesita nuestro país.

FEDERICO ARREOLA. SDP. CARTÓN DE HERNÁNDEZ.

No hay comentarios:

Publicar un comentario